¿Son realmente importantes los deberes?

photo credit: Cayusa via photopin cc

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Esta semana hablaba con la mamá de dos de mis alumnas, y me comentaba lo que le preocupa el tema de los deberes. Son muchos los papás que se plantean preguntas como: ¿Son realmente importantes los deberes? ¿Hacemos bien poniéndonos con ellos a hacerlos? ¿Deben ser autónomos? ¿Cómo les motivamos a la hora de ponerse?

Si tus hijos son pequeños seguro que estarás pensando: “¡Mis hijos todavía están en Educación Infantil pero ya temo la que me espera!”

Si es así, este post te interesa, y mucho.

Entonces… ¿deberes si o deberes no? ¿Son buenos? ¿Mejoran su rendimiento y aprendizaje? Estas son algunas de las preguntas a las que voy a tratar de dar respuesta en el post de hoy.

En este tema existen dos grupos bien diferenciados, aquellos que defienden los deberes a capa y espada, y aquellos que, por el contrario, dicen haber demostrado que no son para nada positivos. Vamos a ver cada uno de los argumentos para así poder establecer nuestras propias conclusiones.

DEBERES SÍ.

¿Quién defiende los deberes y por qué? Como os podréis imaginar, los principales defensores de los deberes son los profesores. Estos afirman que los deberes ayudan a fomentar la responsabilidad, la autodisciplina, sirven para reforzar lo visto en el aula y crear un hábito de cara a niveles educativos más avanzados.

Aunque según Kohn (2006), no existe ninguna evidencia científica que demuestre relación entre el desarrollo de estos valores y la realización de deberes en casa. Según este autor, los deberes sólo enseñan a “hacer lo que otros te dicen que hagas”.

Algunos pedagogos apuntan a que los deberes fomentan la lectura y la capacidad de investigación, y que no son sólo ejercicios. No quiero dar mi opinión hasta que no hayamos visto todos los puntos de vista, pero considero que aquí es importante hacer una puntualización. Personalmente, no creo que los deberes fomenten la lectura y la capacidad de investigación, todo lo contrario. Generalmente los deberes son actividades muy cerradas y sobre las que los niños no tienen ninguna gana de investigar. La investigación se favorece con otro tipo de actividades, en muchos casos también extra-curriculares, pero no tienen porque ser deberes.

También hay profesores que aseguran que la diferencia entre los niños que hacen deberes y los que no es enorme, pero aquí también estoy en desacuerdo. Creo que lo que marca la diferencia no son los deberes. Son aquellos padres que motivan a sus hijos, que les empujan a investigar y querer saber.

Según María Remedios Belando, catedrática de Pedagogía Social de la Universidad Complutense, los deberes son beneficiosos en la medida en que ayudan a «fomentar la disciplina, la organización y la responsabilidad». Pero advierte que pueden tener una contrapartida preocupante. «En algunos casos, las tareas provocan problemas de estrés y baja autoestima si hay dificultades para desarrollarlas».

La Confederación Católica de Padres de Alumnos (CONCAPA) por su parte afirma que: «Los deberes diarios ayudan a crear un hábito de trabajo, de orden y superación, en el que la familia debe implicarse, estimulando el aprendizaje junto con el colegio».

Según el último barómetro sobre educación y familia realizado por la CONCAPA, casi ocho de cada diez familias están muy o bastante a favor en que sus hijos refuercen en casa lo aprendido en el aula, frente al 21% que lo considera innecesario.

Más argumentos a favor de los deberes son los de Raquel-Amaya Martínez, profesora de la Universidad de Oviedo especializada en educación familiar y relación escuela-familia, o Joan Doménech, director de la escuela Fructuós Gelabert y autor de Elogio de una educación lenta (Graó), que consideran que los deberes aportan bastante al desarrollo académico y personal de los alumnos porque permiten reforzar los aprendizajes del aula y ayudan a crear un hábito de trabajo y estudio, además de promover la autonomía y la implicación de los niños en su aprendizaje, y vincular a los padres en el proceso educativo de sus hijos.

Además, en este punto considero importante mencionar que no solo debemos tener en cuenta los grupos que apoyan la realización de deberes en casa. También debemos preguntarnos si realmente sería posible eliminar los deberes de nuestro sistema educativo.

Según Ana Sacristán, profesora del departamento de Didáctica y Organización Escolar de la UNED: “Tal como funciona hoy la escuela los deberes son inevitables; en España es una práctica tan extendida que la consideramos normal y hasta exigible, porque se vinculan con recibir una educación de calidad”.

De hecho, seguro que habréis escuchado a padres e incluso vosotros mismos habréis comentado en alguna ocasión lo “malo” o “menos bueno” que es este profesor que no manda deberes…

DEBERES NO.

Hemos visto algunas de las opiniones a favor de los deberes. Pero, ¿qué sucede con aquellos pedagogos que aseguran que los deberes no son para nada buenos? ¿Qué argumentos tienen para realizar estas afirmaciones?

Para empezar, según Enric Roca, profesor de Ciencias de la Educación en la Universidad Autónoma de Barcelona: “No hay ningún estudio que demuestre que los deberes son garantía de éxito educativo, ni tampoco lo contrario”.

Aunque según Cooper (2001) y Kohn (2006). El impacto sobre el resultado académico de los deberes es pequeño en secundaria y mínimo o inexistente en primaria. En general, las investigaciones sobre deberes no han encontrado ninguna correlación entre los deberes y los resultados obtenidos en enseñanza primaria, y sólo han encontrado relaciones positivas en secundaria cuando las pruebas o tests los han elaborado los propios profesores.

Además, algunos expertos señalan que la sobrecarga de tareas a edades tempranas puede pasar factura. Estos expertos aseguran que la sobrecarga de trabajo en niveles educativos bajos puede generar rechazo hacia el propio aprendizaje. Esto tiene sentido si tenemos en cuenta que a edades tempranas lo que debemos aprovechar es la CURIOSIDAD por aprender. Debemos dejar a los niños descubrir el mundo que está a su alrededor a través de la exploración y el juego. Y si los peques están cargados de tareas, esta curiosidad natural puede romperse.

Desde mi punto de vista, y soy consciente de que lo comparto con muchos otros educadores. Lo que llamamos deberes deberían convertirse en “pequeñas tareas” que no supongan demasiado tiempo a los peques pero que les sirvan para ir desarrollando cierta autonomía.

Los deberes no pueden ser los ejercicios que no nos da tiempo a hacer en el cole. Esos ejercicios están preparado para hacerlos en el colegio, no en casa. Y ese es, desde mi punto de vista, el principal problema de los deberes, que en muchas ocasiones se convierten en la forma que los profesores tienen de cubrir los contenidos que tienen que dar y que de otra manera no llegarían ni por asomo.

Pero además, existe otro problema. Generalmente no existe una coordinación entre los profesores para ver cuál es la carga de deberes de ese día o semana. En la mayoría de los casos, los profes simplemente mandan los deberes que considera oportunos, sin valorar la carga de trabajo que ese niño lleva ya en otras asignaturas.

Por eso, como indican muchos expertos, la coordinación entre docentes es fundamental en este aspecto.

Por otro lado, existen expertos que afirman que los deberes fomentan la desigualdad entre aquellos niños que reciben ayuda y los que, debido a sus circunstancias personales, no la reciben.

Esta idea es defendida por Dudley-Marling (2003) que asegura que los deberes tradicionales están diseñados para la familia típica de clase media de hace cien años. Padre, madre, varios hijos, con una estructura jerárquica muy determinada, y en la cual uno de los miembros, generalmente la madre, no trabaja y se dedica única y exclusivamente al cuidado de los hijos.

Por eso estos autores consideran que en la actualidad, las familias donde los dos padres trabajan o aquellas monoparentales, se encuentran en desventaja respecto a las que tienen un contexto familiar similar al de la época en el fueron diseñados. Esto sin tener en cuenta la diferencia cuando los alumnos viven en entornos socioculturales desfavorecidos.

Pero además, ¿qué sucede con el derecho de los niños a ser niños?

Si analizamos a qué dedican los niños su día a día, veremos que pasan al menos 8 horas en el colegio. Si quitamos las 12 horas necesarias para descanso y comidas, les quedarían 4 horas para el resto de actividades, si a estas les quitamos el tiempo dedicado a las actividades extra-escolares, y siguiendo las recomendaciones de los defensores de los deberes (veremos a continuación su propuesta) de ir aumentando 10 minutos por curso, ¿cuánto tiempo le quedaría a un alumno en 6º de primaria para jugar, leer, realizar su higiene corporal, etc.?

Defensores de este punto de vista son Maria Jesús Comellas, educadora, profesora de Didáctica y Organización Educativa de la Universitat Autònoma de Barcelona, que defienden “el derecho de las criaturas a no ser alumnos durante las 24 horas”. Y Miquel Martínez, catedrático de Pedagogía de la Universitat de Barcelona y colaborador de la Fundació Jaume Bofill, que consideran que sin deberes “ganaríamos nivel educativo, habría menos problemas de ansiedad y déficit de atención en los niños y mejorarían el clima y las relaciones familiares”.

Al hilo de la opinión de Miguel Martínez, considero que en muchas ocasiones más que dar a los padres el rol de “segundo profesor”, sería mejor que les orientáramos para que sepan establecer un clima de diálogo en la familia, para que sepan motivar a sus hijos y despertar sus ganas de aprender.

En este punto es interesante mencionar el efecto Pigmalión, que describe como la creencia que tiene una persona puede influir en el rendimiento de otra persona. Es decir, si ponemos expectativas sobre un estudiante o sobre nuestro hijo, la motivación aumenta, y con esta la garantía de aprendizaje y de éxito. De hecho, veréis como aquellos alumnos en los que nadie cree, ni si quiera sus propias familias, están abocados al fracaso por muy inteligentes y mucha capacidad que tengan.

CONCLUSIÓN.

Entonces, ¿deberes si o deberes no?

Desde mi punto de vista la clave está en cuántos y qué deberes, no tanto en decidir de forma rotunda si mandamos o no deberes.

Los deberes deben ocupar poco tiempo, deben estar integrados en la vida cotidiana de forma que “no parezca” que estamos haciendo deberes, al menos a edades tempranas. Además, deben ser personalizados. Es decir, si suponen un refuerzo o ampliación a los contenidos vistos en clase, no todos los niños necesitarán los mismos ni de la misma manera, por tanto, deben ser adecuados a cada alumno.

He comentado que deben ocupar poco tiempo pero, ¿cuánto? Existe la llamada regla de los diez minutos establecida por la Duke University, en Estados Unidos, que consiste en comenzar con diez minutos diarios en el primer año de escolaridad obligatoria e irlos aumentando en otros diez minutos por curso, hasta llegar a los 120-150 minutos en los alumnos de bachillerato.

De hecho, en Finlandia, país que se ha convertido en un referente educativo y del que hablamos en el post de la semana pasada, los niños si tienen deberes, pero con una carga muy reducida en toda la escolaridad. Son deberes de 10-15 minutos como máximo. ¡Igual que aquí…! 😉

Pero, ¿qué pasa si un profesor no puede personalizar los deberes de 30 alumnos? Una alternativa que plantean muchos educadores es integrar el “repaso” en la vida familiar, algo que ya he comentado anteriormente. Esto simplemente implica actividades como hacer la lista de la compra con los peques, repasar el vocabulario aprendido mientras hacemos la comprar, dejar que ellos calculen lo que hemos gastado en la luz o el agua… En conclusion, cualquier cosa de la vida cotidiana que se os ocurra.

Al final, lo importante es enlazar lo que aprenden en el cole con la vida real. Son muchos los profes que, cuando aprenden la composición de los alimentos en clase, en lugar de mandar a sus alumnos una página completa de ejercicios les piden que miren las etiquetas de composición, o que realicen alguna receta. Esto es lo que realmente marcará su aprendizaje y desarrollará aprendizajes significativos.

Para terminar, me gustaría señalar un dato importante. Entre 1997 y 2007 el tiempo diario dedicado a los deberes por los niños españoles ha aumentado significativamente; ahora son muchos menos los que están menos de una hora haciendo sus tareas, el 20% en lugar del 37%, y bastantes más los que necesitan dedicar más de dos horas, 32% frente a 23%. Pero, ¿os parece que el sistema educativo a mejorado?

¿Crees que los deberes son importantes? ¡Me encantaría saber cuál es tu opinión sobre este tema!

Como siempre gracias tu vuestro tiempo.

Un abrazo y ¡Feliz semana!

“Es deber aquello que exigimos de los demás.”

Alejandro Dumas

 

 

 

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10 comentarios

  1. Me encanta el post.
    He de decir que estoy totalmente de acuerdo contigo. Los padres no deben ser profesores ya que habrá familias que podrán ayudarles o contratar una ayuda y otros no, por lo que algunos bonos no podrán alcanzar el nivel de los demás. Por ello, como profesores, debemos saber nuestro papel y el contenido que vamos a dar, y a partir de ahí ayudar a los padres para que los bonos lleven los aprendizajes a la vida real o mostrarles para que investiguen cuando están en cursos superiores. Es importante que se refuerce lo que se da en el aula pero de forma más lúdica, y por supuesto que sea significativa, y esto lo conseguimos cuando los niños aprenden a través de su experiencia, cuando son ellos quien lo descubren.

    Muchas gracias por estos post!!

    • ¡¡Gracias por tu comentario Nuria!!
      Sé de buena tinta cómo planteas tú el tema de los deberes.
      ¡Sigue así! Más profesores como tú es lo que necesitamos.
      Un abrazo,
      Cristina

  2. Gracias, gracias, gracias por este post, súper interesante todo el contenido, ya que me preocupa (y mucho) el tema deberes, puesto que creo que los niños son niños y como tal deben estar. Me parece perfecto que refuercen en casa lo que se aprende en los coles, pero escuchando a otras familias, me aterra lo que les espera cuando comiencen primaria y diariamente tengan que dedicar, además de sus 8 horas en el colegio (más las extraescolares), otro rato (y según el niño, más o menos tiempo) cuando lleguen a casa. Tienen más horario laboral que los padres!!!
    No me extraña que haya niños con déficit de atención, estrés y desmotivación, si sólo de pensarlo hasta un adulto se estresa. No les dejamos ni jugar, pensando en todo lo que queda por hacer al llegar a casa!!
    Ojalá se pueda hacer de alguna manera para que nuestros peques puedan aprender pero sin empezar con problemas desde tan pequeños.

    Me ha encantado, muchas gracias!!!

    • ¡¡De nada Blanca!!
      Sé lo que os preocupa este tema y por eso creo que es interesante que estemos informados sobre sus pros y sus contras.
      Es difícil cambiar un sistema que lleva tanto tiempo funcionando, pero estoy segura que poco a poco lo conseguiremos.
      Un abrazo,
      Cristina

  3. Estoy totalmente de acuerdo contigo Cristina.
    Los niños deben hacer «deberes» que sean acordes con su edad, en cuanto al contenido y al tiempo que deben dedicarles.
    Pero esto en España esta fatal. Comenzando porque a los políticos ni se les ocurre preguntar o plantear el sistema educativo con los que mas saben: los profesores. Cada legislatura cambia el sistema académico y se crea un caos, innecesario, tanto en el profesorado como en los alumnos.
    Ojalá se pudieran recolectar firmas para lograr crear un sistema educativo de peso, donde se tenga en cuenta la opinion de los profesionales y que no pueda ser cambiado cada vez que comienza el mandato una nueva «casta política».

    • No puedo estar más de acuerdo con tu comentario Pia.
      Gracias, gracias y mil veces gracias por expresar tus ideas, porque a mi personalmente me da fuerza y esperanza para luchar por una educación un poquito mejor.
      Un abrazo,
      Cristina

  4. ¡Qué bien que haya personas que piensen así, Cristina! Tenemos que ir convenciendo a profesores, a madres y a padres de eso que tú defiendes con argumentos tan bien expuestos. ¡Gracias!

  5. Hola

    Acabo de encontrar este artículo y me ha chocado mucho, porque es anterior a mi petición en http://www.change.org/losdeberesjustos pero escogiste la misma foto que yo 🙂

    Además de la petición, quería presentarte un proyecto educativo en el que estamos trabajando por la innovación educativa trasteandoenlaescuela.com.

    Me ha gustado mucho tu post, como bien dices, no se trata de deberes sí o deberes no sino de cómo han de ser los deberes.

    Gracias

    Saludos

    Eva

    • Hola Eva,

      En primer lugar gracias por comentar en Vamos Creciendo.
      ¡Me alegro de haber escrito sobre algo que, por lo que veo, preocupa a muchos otros padres y maestros!
      Espero que tu petición llegue a buen puerto y te mando muchísimo ánimo con tu proyecto, ¡Seguro que irá genial!

      Un abrazo,
      Cristina

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