Mucho se ha hablado, y se seguirá hablando, de la gamificación y de su uso en diferentes ámbitos. Son muchas las empresas que la están aplicando para motivar a sus trabajadores y muchas las herramientas y métodos educativos que han surgido al respecto.
Para aquellos que no estéis demasiado familiarizados con el término, la gamificación o ludificación, no es otra cosa que el uso de mecánicas de juego en entornos y aplicaciones no lúdicas, con el objetivo de potenciar la motivación, la concentración, el esfuerzo, la fidelización y otros valores positivos comunes a todos los juegos. En educación, podríamos decir que la gamificación es la utilización de una actividad lúdica para aprender con el objetivo de implicar a los alumnos y ofrecerles una forma diferente de aprendizaje.
A nosotros, lógicamente, nos importa y preocupa el uso que se pueda hacer de la gamificación en educación, por eso, lejos de posicionarme en si me parece positivo o negativo su uso en el ámbito educativo, lo que hoy pretende es daros algunos trucos sobre qué debemos y qué no debemos hacer si queremos utilizar la gamificación de forma efectiva.