En primer lugar, quiero pedirte disculpas porque la semana pasada os abandoné un poquito, pero estuve un poco liada con los exámenes de mis chicos de la uni y no tuve demasiado tiempo para investigar un tema que hacía tiempo que quería tratar y que requiere un tiempo de reflexión y estudio considerable.
En alguna ocasión he mencionado la importancia de cambiar el sistema educativo con el fin de satisfacer un sistema laboral que también está cambiando drásticamente.
Actualmente educamos niños para entrar a formar parte de un sistema de producción, cuando lo que necesitamos son niños capaces de emprender, de montar empresas y de generar puestos de trabajo. Pero, la pregunta aquí es, ¿se está educando a los niños para ser emprendedores? Todavía no voy a responder a esta pregunta, te voy a dejar que seas tú mismo el que la responda.
En el post de hoy voy a tratar dos temas principalmente. En primer lugar, cómo está este aspecto representado en nuestro sistema educativo, si es que lo está…. Y en segundo lugar, cómo podemos, tanto los papás como los profes, conseguir educar futuros emprendedores a través de acciones sencillas que podemos comenzar a llevar a cabo desde edades tempranas.
Investigando un poquito sobre este tema, he dado con una ponencia de Alejandro Tiana Ferrer, Catedrático de Educación de la UNED y anteriormente Director General del Centro de Altos Estudios (OEI). En la que habla de las competencias básicas en educación y del desarrollo de la iniciativa y el emprendimiento.
En 2006 se llevó a cabo la Recomendación del Parlamento Europeo y del Consejo sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente.
En esta recomendación se definían las competencias como la combinación de conocimientos, capacidades y actitudes adecuadas al contexto; y se establecían las siguientes competencias:
- Comunicación en lengua materna.
- Comunicación en lenguas extranjeras.
- Comunicación matemática y competencias básicas en ciencias y tecnología.
- Competencia digital.
- Aprender a aprender.
- Competencias sociales y cívicas.
- Sentido de la iniciativa y espíritu de empresa.
- Conciencia y expresión culturales.
¿Por qué hago mención a estas competencias? Porque, ¿creéis que actualmente en la escuela se están trabajando todas? Yo personalmente creo que nos estamos centrando en las primeras pero que estamos olvidando por completo las últimas, y son las últimas, sin olvidar por supuesto las más básicas, las que marcarán la diferencia entre aquellos niños preparados para el futuro laboral y aquellos que no lo estén.
Parece que Europa sí considera importante este tipo de competencias pero, ¿qué está pasando en España? Por suerte en la LOMCE, el sentido de iniciativa y espíritu emprendedor, ya se contempla como una de las competencias básicas, pero la LOE, ni si quiera lo contemplaba.
Ahora habrá que ver cómo se va a desarrollar una competencia que la Unión Europea define como:
- La habilidad de una persona de transformar las ideas en actos.
- Está relacionado con la creatividad, la innovación y la asunción de riesgos, así como la habilidad para planificar y gestionar proyectos con el fin de alcanzar objetivos.
- Se aplica tanto en la vida cotidiana como en el lugar de trabajo.
- Implica atención a os valores éticos y a la buena gobernanza.
Por el momento, si no queréis esperar a ver cómo los centros educativos van a hacer, o no hacer, para educar fututos emprendedores, os dejo 10 claves para que vosotros, papás o profes, podáis hacerlo.
- Responsabilidad
La responsabilidad es algo que, indudablemente, debemos inculcar a todos los niños pero si queremos educar un futuro emprendedor es fundamental.
Poner la mesa, hacer su cama o recoger su habitación son tareas sencillas que les ayudarán a ir adquiriendo responsabilidades desde pequeños e ir entendiendo que deben encargarse de mantener su cosas ordenadas y controladas.
La responsabilidad está directamente relacionada con la disciplina, fundamental para desarrollar cualquier proyecto empresarial. La constancia y el esfuerzo son actitudes que debemos inculcar a los niños desde pequeños y estas van de la mano de la disciplina.
Para inculcar disciplina debemos ir otorgando a los niños responsabilidades acordes a sus edad e ir aumentando estas en función de su edad y madurez.
- Críticas constructivas.
Lógicamente, a cualquier niño hay que regañarle e incluso castigarle si hay algo que no ha hecho bien, pero si la tarea que ha realizado implica un aprendizaje debemos tener cuidado cómo le comunicamos que no la ha realizado correctamente. Es decir, si el niño ha hecho la cama pero no la ha hecho bien, no le digas: “así no se hace, fatal”, dile algo como: “está muy bien, pero para la próxima vez mira cómo podemos hacerlo para que esté genial”. Este tipo de críticas le animarán a seguir intentándolo pero si por el contrario utilizamos palabras como fracaso, el niño terminará por desistir.
- Iniciativa.
La iniciativa es fundamental si queremos educar futuros emprendedores. Ten en cuenta que los adultos estamos tomando decisiones constantemente, desde qué camisa ponernos hasta qué pan comprar, pasando por decisiones más relevantes relacionadas con nuestro trabajo. A los niños debemos darles esas mismas oportunidades de elegir.
La iniciativa es un “entrenamiento” que se produce a lo largo de toda la vida y que servirá para que cuando esos niños lleguen a la edad adulta sean capaces de tomar sus propias decisiones con capacidad crítica.
¿Crees que un niño al que se le ha dado todo hecho será capaz de tomar sus propias decisiones? Será un adulto dubitativo, sin capacidad de decisión que buscará constantemente la aprobación de los demás.
Por eso debemos promover la responsabilidad, la opción de elegir, incluso enseñar a los peques que es bueno equivocarnos porque esa será la mejor forma de aprender.
Además, si decides dejar a tu hijo tomar decisiones e iniciativas, lo que luego no puedes hacer es que si falla reciba represalias porque entonces no volverán a intentarlo.
Hay que ser justos tanto en los castigos como en las recompensas. Si fomentamos la iniciativa y les enseñamos a tomar decisiones estas cada vez serán más acertadas.
- Elegir.
Este punto está muy relacionado con el anterior. Dejar a los niños elegir es fundamental. Una de las formas más básicas de sobreprotección es elegir nosotros por los pequeños, evitando que tomen ninguna decisión.
Muchos papás se desesperan cuando preguntan a su hijo qué quiere en una determinada situación y terminan decidiendo por él.
Es normal que los peques estén dubitativos ante determinadas situaciones, nosotros conocemos nuestro entorno a la perfección pero ellos están conociéndolo y todavía no saben bien qué quieren o prefieren. Debemos dejar a los niños que se tomen su tiempo, que analicen las diferentes posibilidades y que elijan cuando estén preparados.
- Alegría.
Puede parecer una tontería pero una actitud positiva es básica para educar un emprendedor. Obviamente la seriedad será fundamental en determinadas situaciones pero transmitir a nuestros clientes o trabajadores una actitud positiva y de fidelidad hará que el trabajo sea mucho más ameno. ¡Debemos educar niños alegres!
- Curiosidad.
La curiosidad es uno de los factores clave de todo emprendedor pero además, es uno de los factores claves en el aprendizaje.
Despertar la curiosidad en los niños es abrir una puerta a nuevos conocimientos que entrarán casi solos porque serán los propios niños los que quieran descubrirlos.
Si desde pequeños fomentamos su curiosidad y ganas de aprender, cuando sean adultos lo harán de forma natural.
Además, es muy importante que desde pequeños inculquemos a los niños la importancia de relacionarse con personas que les aporten visiones diferentes e interesantes y que aprendan a escuchar a gente con más experiencia que ellos.
- Importancia de las personas.
Una de las claves del éxito de las personas que llegan lejos es que saben rodearse de personas altamente preparadas y que complementan las cualidades que a ellos les faltan. Esto es algo que si no inculcamos a los niños desde pequeños, cuando sean adultos no serán capaces de realizar.
No podemos educar a nuestros peques como si su saber fuera el único y válido, debemos enséñales que las personas importan y que deben ser críticos con ellos mismos para ser capaces de ver sus fortalezas y debilidades.
Demos inculcarles el trabajo en equipo y la importancia de contar con los demás para llevar a cabo determinadas tareas.
- Trabajo.
Los emprendedores son personas generalmente muy trabajadoras, que centran todos sus esfuerzos en conseguir su sueño, su proyecto, su empresa.
Por eso, si a un niño le damos todo hecho, nunca valorará el esfuerzo que requiere conseguir determinadas cosas. Pero si por el contrario le ofrecemos responsabilidades, le animamos a que elija entre varias opciones y delegamos en él, desarrollaremos un espíritu curioso y cada vez más autónomo.
Además, es importante que desde pequeños expliquemos a los niños qué significa el dinero. Deben entender la relación entre ganar, gastar y ahorrar.
Por otro lado, debéis tener cuidado con el tema de las recompensas. Cuando hablamos de inculcar a los peques la capacidad de trabajar y de esforzarse para conseguir las cosas esto no significa que cada vez que hagan algo les ofrezcamos una recompensa material.
El tema de las recompensas debemos tratarlo con cuidado porque nos puede llevar a que los niños se acostumbren a recibir algo material cada vez que hacen algo y, por tanto, si no hay premio no hacen nada.
Las recompensas deben ser sociales y verbales. Demos transmitirles en todo momento lo bien que lo están haciendo, lo orgullosos que estamos pero no asociar cada acción con un premio material, esto al final pierde su eficacia.
- Factores personales.
Obviamente, por encima de todos estos puntos que hemos visto están los factores personales que, en muchas ocasiones, marcan el futuro del niño. La educación, los factores familiares, sociales o económicos pueden marcar sumamente el futuro del niño.
Es imposible que las circunstancia familiares u económicas no influyan en los futuros “emprendedores”, pero lo que si podemos hacer es animar a los niños y enseñarles que la forma de mejorar y aprender es hacer uno mismo las cosas.
En cualquier caso, y por encima de todo esto está educar niños alegres, autónomos y capaces de tomar sus propias decisiones, porque con estas características ellos serán capaces de decidir cuál es su camino y sortear los obstáculos que les vayan llegando durante este.
“Un emprendedor ve oportunidades donde otros solo ven problemas.”
Michael Gerber
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