El tema de los deberes suele traer bastante controversia. De unos años a esta parte son muchos los que defienden que los niños no deberían llevar deberes a casa. Que ya pasan suficiente tiempo en el colegio, y que les estamos saturando con demasiadas tareas. Por otro lado, están los que defienden que los deberes son necesarios para reforzar y repasar lo visto en el cole, y que hay niños que sin deberes no avanzarían lo que deben.
Hace un tiempo traté este tema con un post en el que hablaba de ambos puntos de vista. Mi postura sobre este tema es intermedia. Creo que siempre depende del alumno y del nivel educativo en el que nos encontremos. Pero, sobre todo, es una cuestión de las características del niño.
El sistema educativo, salvo en contadas ocasiones, no está preparado para los que menos saben. Los ritmos de aprendizaje no se paran cuando un niño no entiende algo, se continua, porque el fin último es cubrir los contenidos estipulados por la ley. Entonces, ¿qué sucede con aquellos alumnos que necesitan pasar por los contenidos varias veces? Que tienen que repasar en casa. Por mucho que estemos de acuerdo o no, es así, y por eso es fundamental que los niños tengan una rutina de trabajo fuera del cole.
Sé que el momento de los deberes os trae muchos quebraderos de cabeza. Discusiones y momentos de tensión. Son momentos que muchos no sabéis bien cómo gestionar. Por eso, hoy os quiero dejar algunos “trucos”, para intentar hacer este momento un poco más fácil. Espero que os sirvan y que me contéis los resultados.
- Fijar un momento de día. Os pongo este punto el primero porque creo que es uno de los más importantes. En muchas ocasiones hemos hablado de la importancia de las rutinas para los peques, y que tengan un momento establecido para los deberes es fundamental. Al principio os costará pero una vez se haya convertido en un hábito será mucho más fácil. La elección de este momento es muy importante. Cuando pregunto a los niños porque no quieren hacer los deberes, me dicen que están cansados, que se pusieron a hacerlos el domingo, a última hora del día cuando volvieron de un fin de semana fuera de casa. Obviamente, este no es el momento más oportuno. Debemos buscar un momento en el que los niños estén despejados. Si es el fin de semana, a primera hora de la mañana, tras el desayuno. Explicadles que este es el mejor momento porque así luego tendrán todo el fin de semana para jugar y dedicarlo a lo que más les guste. Si hablamos de elegir un momento entre semana después del cole, lo mejor es que les dejéis un ratito para desconectar al llegar a casa, que merienden, jueguen un poco y después se pongan con los deberes. Cuanto más tarde se pongan con ello más les costará. Es fundamental que si elegís un momento del día lo cumpláis. Nada de estar cambiando.
- Tener un sitio fijo. Esto es casi tan importante como tener un momento del día. El sitio no tiene porque ser en la habitación de los niños, puede ser el salón o la cocina, pero siempre que sea el mismo. Además, es fundamental que los niños tengan todo lo que necesitan a mano y no se tengan que estar levantando constantemente a coger lo que necesitan. De esta manera evitaremos interrupciones y cortes que nos llevarán a perder la concentración. Es fundamental que el sitio que elijamos esté “alejado” de distracciones. Es decir, nada de tele, teléfono o hermanos jugando alrededor. Debe ser una zona en la que haya silencio y los niños se puedan concentrar fácilmente.
- ¿Solos o acompañados? Esto, sobre todo, dependerá de la edad de los niños. Yo soy partidaria de que hagan los deberes solos, pero, considero importante que nosotros estemos pendientes y más o menos cerca de ellos para evitar que se despisten. Podemos sentarnos con ellos, pero eso no significa que les hagamos los deberes… Una buena forma de estar con los peques, pero que no se sientan “presionados”, es sentarnos con ellos y ponernos a hacer “nuestros deberes”: trabajo pendiente, las cuentas de casa o incluso leer el periódico. Además, de esta forma damos ejemplo y creamos un clima de trabajo para toda la familia.
- ¿Corrijo los deberes? Una cosa es corregir los deberes a los peques y otra es hacérselos. Lo mejor que es que se los corrijáis cuando hayan terminado todo. Si no queréis que se desmotiven, es fundamental que resaltéis aquello que han hecho bien. No utilicéis frases como, “esto no se hace así”, “muy mal”, “vaya desastre”, “con lo bien que lo hace tu hermana…”. En la medida de lo posible debéis intentar ser positivos. Utilizad frases tipo, “qué bien has hecho esto”, “ves como puedes”, “vamos a intentar hacerlo así de bien en…”
- ¡Cuidado con las recompensas! Es inevitable caer en la tentación de las recompensas para que los peques hagan los deberes. Pero, cuidado. Las recompensas pueden convertirse en un “soborno”, y en el momento en el desaparezcan los niños perderán la motivación. Si decidís utilizar un sistema de recompensas, procurad que sean sociales. Actividades en familia, con los amigos, etc.
- La actitud es fundamental. Los niños lo capan todo. Aunque vuestra postura sea contraria a los deberes, si los tienen que hacer los tienen que hacer, y es fundamental que los niños no capten esta actitud o la utilizarán en vuestra contra. No les digáis cosas como: “ya sé que es un rollo cariño pero no hay más remedio que hacerlos”.
- Anticípate. Es muy importante que antes de poneros con los deberes tú les eches un vistazo y te anticipes a los posibles problemas que creas que pueden surgir. Así evitarás que tu hijo se desanime ante las dificultades. Lo normal es que el profesor explique a sus alumnos claramente lo que deben hacer y cómo, pero muchas veces no es así. Leed los deberes juntos, si el ejercicio cuenta con varias preguntas puedes ayudar a tu hijo con la primera para darle un ejemplo. Asegúrate que ha entendido bien lo que tiene que hacer antes de que siga él.
- Organizad los deberes. A todos nos gusta tener una visión general de lo que tenemos que hacer, organizarnos y saber más o menos el tiempo que nos llevará algo. Los niños no son menos, por eso es muy importante que organicéis los deberes antes de poneros con ellos. Si tenéis varios días por delante para la realización de los deberes distribuidlos para que los peques no se saturen. Llegad a un acuerdo con ellos. Que no sientan que la decisión es vuestra.
- Sé persistente. La persistencia es una cualidad fundamental en la vida, y en este tema no es una excepción. Si decides un horario determinado para hacer los deberes no lo cambies constantemente. Si dices a tus hijos que tienen que ponerse a hacer los deberes no “aflojes” más tarde. Sé constante y persistente y verás como consigues tu objetivo.
Espero que estos “truquillos” os ayuden a hacer el momento de los deberes un poquito más llevadero.
Contadme si surten efecto y cómo va el momento «deberes».
¡Gracias por estar ahí!
«Y el pensamiento es necesario ejercitarlo, se debe cada día y de nuevo y de nuevo pensar, para conservar la vida del pensamiento.»
Becker
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