Cuando hablamos de enseñanza de idiomas a adultos, el uso de materiales reales es algo habitual y común en las clases. Pero cuando a niños se refiere, es algo menos habitual y extendido. Parece que para enseñar a niños debemos adecuar los textos y materiales, y no estamos muy habituados a enseñar con materiales reales. Sinceramente, creo que esto es un error por varios motivos.