Se acerca el final del curso y muchos son los papás que empiezan a organizar la agenda de sus peques de cara al año que viene. Las extraescolares tienen un papel protagonista en esta “agenda”, quizá demasiado protagonista… Por eso hoy quiero analizar los pros y contras de este tipo de actividades, y los principales puntos a tener en cuenta a la hora de elegir la actividad más adecuada para nuestro peque.
A la hora de pensar en actividades extraescolares, seguro que son dos las principales preguntas que os hacéis…
¿Cuál es la actividad más adecuada?
Sinceramente no hay una regla general aplicable a la elección de una actividad extraescolar. Cada niño es un mundo y tiene unas necesidades concretas. Lo mejor es que habléis con su profe. Preguntadle cuál cree que es el área que deberíais reforzar. Sumad esta opinión a la vuestra y a la de vuestro hijo y con esto tomad vuestra decisión.
Lógicamente, siempre hay recomendaciones generales:
- Si vuestro peque tiene algún tipo de dificultad a nivel motor, le vendrá genial realizar algún deporte tipo natación.
- Si va flojo en los idiomas o creéis que debéis reforzar el tiempo del cole con tiempo extra apuntadle a una academia. Muchos papás solo apuntan a sus hijos a clase cuando estos comienzan a suspender o a tener problemas, pero esta idea no es muy acertada. Desde mi punto de vista debemos anticiparnos.
- Si le cuesta comunicarse y es introvertido, podéis apuntarle a teatro.
- La música también es muy buena para el desarrollo creativo.
En cualquier caso, como ya he dicho, estas son recomendaciones muy generales, y siempre tendremos que ver el caso de cada niño.
¿En qué medida?
No os puedo decir cuál es la medida “ideal” de actividades extraescolares, principalmente porque no creo que la haya. Lo que sí tengo claro es que no queremos niños estresados, que no tengan tiempo para jugar, y esto es lo que actualmente está sucediendo.
Entiendo que todos queremos que nuestros peques sean los mejor preparados, los que mejor jueguen al fútbol, los mejores estudiantes, los que más idiomas hablen, pero siempre hay que sacrificar algo, y lo que no puede ser es que los niños tengan actividades de lunes a viernes de cinco a ocho de la tarde, y que no les quede ni un ratito para quedar y jugar con sus amigos.
Extraescolares sí pero…
Personalmente soy partidaria de que los niños realicen actividades extraescolares, siempre y cuando estas cumplan una serie de “requisitos”.
- Si es posible, fuera del cole. Muchos papás dejan a sus hijos en las actividades extraescolares del cole, porque de esta manera se alarga la jornada escolar de los peques, y así pueden organizarse mejor. Entiendo perfectamente que para vosotros es un engorro tener que recoger a los niños del cole, darles la merienda y llevarles deprisa y corriendo a otro sitio. Aun así, debemos tener cuidado con las actividades extraescolares que organizan los centros. En muchas ocasiones dan un servicio de extraescolares como forma de alargar la jornada, pero sin preocuparse de dar unas clases de calidad y acordes a las necesidades de los pequeños. Por otro lado, si los niños realizan las actividades extraescolares fuera de su entorno habitual, amplían sus círculos de amigos y sus relaciones.
- Debemos respetar la capacidad de decisión del niño. Por pequeños que sean, los niños saben bien lo que quieren, y nosotros debemos, en la medida de los posible, dejarles elegir. Preguntad a vuestro hijo qué le gustaría hacer. Si os dice que baloncesto en lugar de fútbol apuntadle a baloncesto. Es posible que más adelante quiera cambiar, no pasa nada, está descubriendo y eligiendo, dejadle que decida lo que le gusta y lo que no. Obviamente, hay actividades para las que tendréis que guiarle. Seguramente, él no os dirá que quiere ir a un curso de inglés u otro idioma. En ese caso, si le apuntáis tendréis que tener en cuenta los puntos que veremos a continuación.
- Respetad los periodos de adaptación. Si al principio vuestro hijo os dice que no quiere ir a la actividad a la que le habéis apuntado, no pasa nada, el nuevo entorno, las nuevas caras y nuevas actividades le están sacando de su zona de confort. Dejadle tiempo para que se adapte, hablad con el profesor para ver si es un problema de integración, siempre siguiendo de cerca su evolución.
- No le obliguéis. Si finalmente vuestro hijo os dice que no quiere ir a una determinada actividad no le obliguéis. Si hablamos de actividades extraescolares es porque son eso, extraescolares. Obligar a vuestros peques a realizar una actividad que no les gusta fuera del horario escolar, cuando están cansados de todo el día, solo puede hacer que terminen odiándolo, ya sea fútbol, música o inglés.
- El juego es fundamental. Como decía antes, el juego es fundamental para el desarrollo de los niños. Dejarles tiempo para jugar es fundamental para su aprendizaje. El juego les enseña a autorregularse, superando de forma natural la frustración, la agresividad y otras emociones que afloran cuando los niños juegan entre ellos. Tened en cuenta que está fenomenal que juguéis con vuestros hijos, pero el juego con los padres no es natural. Muchas veces los papás les dejáis ganar y, además, el juego suele ser el que él quiere, ¿verdad? 😉 Al jugar con otros niños no tienen más remedio que adaptarse.
- ¡Cuidado! No queremos niños estresados. Los niños que tienen una agenda repleta de actividades suelen ser niños estresados que no tienen tiempo ni para jugar, pero además, estos niños suelen:
- Estar saturados de información.
- Tienen dificultades para concentrarse y para la lectura.
- No son capaces de disfrutar de un momento y siempre están preocupados por la siguiente actividad.
- Tienen poca autonomía. Son niños totalmente dirigidos por sus padres, incapaces de tomar decisiones. Se vuelven dependientes y poco autónomos.
- Se aburren si alguien nos les organiza lo que tienen que hacer.
- Tienen poca capacidad de decisión.
- Les resulta difícil relacionarse, negociar con iguales, trabajar en grupo, autorregularse o resolver problemas.
Teniendo en cuenta estos puntos, una vez os decidáis por la actividad a la que vais a apuntar a vuestro hijo, os recomiendo que tengáis en cuenta lo siguiente.
- Actividades impartidas de forma lúdica. Los niños ya pasan suficientes horas en el cole, como para apuntarles a una actividad que simplemente sea un calco de lo que hacen en clase. Si por ejemplo os habéis decidido por apuntarle a clase de inglés, aseguraos de que las clases son divertidas y dinámicas.
- Hablad con el profesor. Si podéis os recomiendo que habléis con el profesor que impartirá las clases. Un profe de clases extraescolares no puede ser súper serio y estricto. Pedidle que os explique el método que utiliza y aseguraos de que os convence.
- Ver una clase antes de apuntarle. Lo ideal es que vuestro hijo pueda ir a una clase antes de apuntarle. Así sabréis de buena mano cómo son las clases realmente y no tiraréis el dinero.
- Huid de los centros que prometen grandes resultados. Hay muchos profesores y centros que prometen grandes resultados en poco tiempo. Estos suelen contar con profesores estrictos. Yo personalmente, no creo que este tipo de métodos y centros funcionen, sobre todo hablando de actividades extraescolares. En cualquier caso, no hay métodos mágicos y todo proceso de aprendizaje requiere su tiempo.
Espero que estos pequeños consejos os ayuden a decidir las extraescolares de cara al año que viene. Y tened en cuenta una cosa: vuestros peques deben tener ganas de ir a sus actividades extraescolares y, sobre todo, tienen que pasarlo bien.
¡Gracias por estar ahí!
«El buen maestro hace que el mal estudiante se convierta en bueno y el buen estudiante en superior.»
Marva Collins
Tags: actividad, deporte, elegir, extraescolar, fútbol, inglés, mejor, música, teatro
Muy interesante. Creo que los padres estamos un poco o demasiado obsesionados por las actividades extraescolares. No sé si merecen la pena porque lo verdaderamente importante es compartir el tiempo con nuestros hijos.
¡Merecen la pena pero con matices!
Los papás debéis tener cuidado a la hora de elegir las extraescolares y no saturar a vuestros peques. Y, por supuesto, es fundamental que paséis tiempo con ellos y les dejéis tiempo para jugar.
¡Gracias por comentar Emilia!
Un abrazo,
Cristina