8 claves fundamentales sobre la alimentación de tus hijos.

Esta semana cuento con una colaboración muy especial en el blog. Hacía tiempo que quería hablar de nutrición y de la importancia de esta en el desarrollo de los niños, pero obviamente no es mi campo. Por eso pedí a Mª Carmen Díaz Ruiz que nos diera algunos consejos sobre este tema, tanto como profesional como madre.

Carmen es Naturópata Titulada, Nutricionista y Quiromasajista Diplomada. Desarrolla su actividad profesional en el Centro Belleza y Salud situación en Madrid.

¡Os dejo con ella!

Parto de la base que la alimentación y, por tanto, la nutrición deberían enseñarse en el colegio.

Si sentamos las bases de una buena alimentación desde que somos niños pasaría lo mismo que con todas las demás asignaturas que nos imparten siendo pequeños. Si el cimiento es bueno lo que “pongamos” encima después se sustentará sobre unas bases mucho mejores. Si sabemos alimentarnos bien, evitaremos, e incluso solucionaremos, muchos posibles problemas.

La mayoría de los colegios y guarderías elaboran menús muy completos para nuestros hijos pero, siempre debemos asegurarnos de ello y, por supuesto, de si nuestros hijos lo comen o no. Lo ideal sería que comiesen en casa y así sabríamos qué comen y cómo está elaborado, pero sabemos que esto es muchas veces imposible pues, nuestro ritmo de vida nos lo impide.

Teniendo en cuenta que en muchas ocasiones no podemos evitar que nuestros peques coman en el colegio, hay que tratar de compensar y equilibrar la alimentación. ¿Cómo? Os dejo algunos sencillos trucos.

  1. Tratar de dar en la cena los alimentos que, sabemos, no se dan en la comida o no repetirlos.
  2. Si los niños comen muy pronto hay que darles de merendar en cuando salen del colegio para que no lleguen a la cena hambrientos y la devoren o, que ocurra lo contrario: si su estómago está muchas horas vacío al final el hambre desaparecerá. Una pieza de fruta o un pequeño bocadillo “el de toda la vida” es suficiente.
  3. Hay que evitar, en la medida de lo posible, dar al niño en esas horas de espera chuches o bolsitas (patatas fritas, gusanitos, etc.) que lo único que hacen es dejarles sin hambre y ensuciar su estómago como poco. No pasa nada porque lo coman en momentos puntuales, pero siempre teniendo claro que no va a interferir en su alimentación.
  4. ¡Cuidado con el azúcar! Muy relacionado con el punto anterior está este. Mucho se está hablando de la adicción que el azúcar genera, y de cómo afecta al comportamiento de los niños. No quiero meterme demasiado en esto porque sería un tema para un solo artículo, pero sí quiero hacer un apunte. El consumo de azúcar genera la necesidad de más azúcar. Además, el consumo de productos tan “sabrosos” hace que los niños pierdan interés por aquellos alimentos “menos suculentos” como son las frutas y verduras. Y, por supuesto, un dato que todos conocemos a la perfección. El azúcar es fuente de energía, pero cuando nos pasamos o nuestros hijos se pasan, este azúcar se convierte en grasa, que se va almacenando en el cuerpo de nuestros hijos y puede dar lugar a obesidad infantil.
  5. La cena debería hacerla toda la familia junta a una hora temprana, a medida que el niño va creciendo. Al principio, si hablamos de niños de entre 3-5 años, quizás necesiten cenar antes y, por tanto, solos o con sus hermanos, pues sus necesidades de sueño son distintas y lo ideal sería que como muy tarde a las 21.00 P.M estuviesen durmiendo. A medida que van creciendo las cenas deberían hacerse en “familia” y siguiendo un patrón de alimentación sana y equilibrada. Los niños aprenden por imitación y copian lo que hacen los mayores. No podemos pretender que nuestros hijos coman verduras y ensaladas si nosotros no lo hacemos.
  6. Lo ideal, es que tomen fruta en lugar de postres elaborados.
  7. Y, por supuesto, el ambiente durante las cenas y comidas que realicéis juntos debería ser agradable y tranquilo, dedicando el tiempo y atención que nuestros hijos necesitan. Además, es un buen momento para que nos cuenten qué tal ha sido su día y qué han aprendido hoy nuevo. Procurad no hacer de la cena una prolongación del día (prisas, nervios, etc.) si no un paréntesis. Cenaremos mejor, nos alimentaremos más y seremos más” felices”.
  8. Recordad que es igual de importante “qué” comemos que el “cómo” lo comemos. Y si no comprobadlo vosotros mismos 😉

Espero que estos consejos que nos deja Carmen os ayuden mucho con vuestros peques. Si tenéis cualquier consulta no dudéis comentar el post.

¡Gracias por estar ahí!

 

«La comida que comes puede ser la más poderosa forma de medicina o la forma más lenta de veneno.»

Ann Wigmore

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